#DichoEnBreve…
Debemos tener en claro que la
Reforma supuestamente educativa y su Ley
General del Servicio Profesional Docente son una extensión de la Reforma
laboral para los trabajadores de la educación. Porque con ella desaparecen
potencialmente para los maestros los nombramientos de base para todos los que
ya lo tengan, pues estos serán sometidos a esas evaluaciones unilaterales (donde
el INEE es el todopoderoso árbitro) para ver si pueden permanecer en su puesto,
sin que se considere ni la antigüedad ni la formación académica de los
trabajadores. De no aprobar las evaluaciones o de no presentarlas, serán
separados del trabajo “sin responsabilidad para la autoridad educativa […] y
sin la necesidad de que exista resolución previa del Tribunal Federal de
Conciliación y Arbitraje […]”, frase que se repite a través de todo el texto de
la Ley.
Por otro lado, los trabajadores de nuevo ingreso tendrán que realizar
una evaluación para poder entrar al sistema. Si la aprueban, todavía deberán
esperar hasta tres años en un periodo de “inducción”, mientras tanto tendrán un
“nombramiento inicial”. Durante ese periodo serán evaluados otras tres veces
más para que la autoridad educativa decida si pueden o no permanecer en el
trabajo. De poder permanecer, tendrían el nombramiento definitivo; de no poder
permanecer, serían “separados” del trabajo en los mismos términos que los
trabajadores que tenían nombramiento de base, es decir, sin que la SEP tenga
responsabilidad legal ante sus despidos. La Ley también establece un
nombramiento “provisional” y otro por “tiempo fijo”, para encubrir formas de
contratación que deterioran el trabajo al no ofrecer definitividad en el mismo
ni un nombramiento de base, con todos los derechos y beneficios que ello
conlleva, y que han sido producto de la lucha de la clase trabajadora. Encima
de todo esto, la Ley en cuestión (en su Art. 38) avala los contratos por horas,
pues a un trabajador docente que no tiene jornada completa se le puedan asignar
horas adicionales como un mecanismo de “promoción”, y mediante un proceso
llamado de “compactación”, el trabajador estará trabajando bajo ese esquema, lo
que da entrada al fraccionamiento del salario y el pago por hora, que según se
ha fijado con la reforma laboral, es de 7 pesos aproximadamente.