La situación de cientos de trabajadores en el IEMS-DF es alarmante e
indignante. Se inscribe en la política anti-laboral del Gobierno del Distrito
Federal, (un engañosamente autodenominado gobierno de “izquierda”) que recurre
no solo al abuso y al desconocimiento de los derechos laborales, sino al hostigamiento
y la represión, y que sistemáticamente se ha dedicado a deteriorar cada vez más
las condiciones del trabajo.
La situación en el IEMS-DF se ha
vuelto prácticamente insostenible para los trabajadores. Entregan las Direcciones
a gente incapaz y sin la preparación necesaria para hacer el trabajo que
demanda una institución educativa. Por desgracia, para el GDF el IEMS se ha
convertido en un botín político que se usa para pagar favores, despreciando y
poniendo en peligro con ello a la educación pública. Los estudiantes se ven directamente
afectados, pues cientos de ellos estudian en planteles inacabados o temporales
que no cuentan con la infraestructura mínima para que los jóvenes puedan
acceder a laboratorios, bibliotecas, aulas especializadas e incluso sanitarios
o consultorios médicos. Encima de esto, a muchos de ellos no les han pagado la
beca que el IEMS les ha ofrecido, y son tratados con desdén por las autoridades
cuando exigen que se les deposita la beca a la que tienen derecho.
Hay casi 150 profesores de la
modalidad semiescolarizada del IEMS que trabajan desde hace 6 años bajo
contratos leoninos que encubren a relación laboral que en los hechos se tiene
con el Instituto. No tienen NINGUNA prestación, su salario se les retiene hasta
por tres meses (incluso se les ha pagado con cheques sin fondos) y son
obligados a firmar contratos con cláusulas falsas, o de lo contrario no se les
libera el pago. Por el tipo de contratación, estos profesores no generan
antigüedad en el empleo y no tienen ninguna certeza de que conservarán el
trabajo para el semestre siguiente. La contratación de estos profesores es
individual, así que no están amparados bajo el Contrato Colectivo de Trabajo y
no tienen derecho a la sindicalización. Los estudiantes de esta modalidad
también han pagado los platos rotos. Pues durante años no tuvieron acceso a
laboratorios y otros espacios educativos, pues sus profesores, por el tipo de
contratación y los múltiples abusos a los que son sometidos, no podían pedir
los espacios ni el material necesarios para dar sus clases. Son tratados, lo mismo que sus maestros, como
miembros “de segunda” en el IEMS.
Por otro lado, el Instituto tiene
una numerosa plantilla de profesores “interinos que trabajan bajo un contrato por
“tiempo determinado” y que firman contrato cada semestre. Esta condición los
mantiene en la incertidumbre, además de que los expone a poder ser removidos de
plantel sin su autorización, o al menos esa es la política que de facto se ha
seguido con ellos. Y a la cual han tenido que someterse so pena de
hostigamiento y represalias que llegan hasta el despido.
Están también los trabajadores que
laboran bajo es estatus de “plazas de nueva creación”. Ahora estos trabajadores
están bajo el esquema de Honorarios asimilados y no pueden ni siquiera demandar
al IEMS, porque de hacerlo, los despiden. Estos profesores, además, están
sujetos a ser trasladados a otros planteles sin su autorización. Junto con
ellos, muchos trabadores están contratos bajo el régimen de honorarios y no son
reconocidos como “trabajadores”, por ende carecen ante el Instituto de todos
los derechos laborales.
Encima de todo esto, el IEMS
recurre al outsourcing para emplear a todos los trabajadores de intendencia.
Quienes sistemáticamente son abusados y atropellados en sus derechos laborales,
sin que el IEMS mueva un dedo por ellos.
¿Y qué podemos hacer, no sólo los trabajadores del IEMS, sino del país?
Primeramente, saber que NO ESTAMOS DERROTADOS. Y tener bien
claro que los enemigos de nuestra clase, la clase trabajadora, están alineados
en las filas de la patronal y los gobiernos burgueses: traidores, explotadores
y violentos, aunque estos gobiernos mientan al pueblo diciéndoles que son
gobiernos de “izquierda”.
Por otro lado, debemos reconocer
que ningún derecho laboral ha sido nunca
un regalo ni un gesto de buena voluntad de la patronal. Cada conquista la
han ganado los trabajadores en la lucha
frontal y organizada. Para dar esta lucha, los trabajadores DEBEMOS ESTAR UNIDOS Y SUMAR NUESTRA
FUERZA, DEBEMOS PUGNAR POR LA PRESERVACIÓN DE LOS SINDICATOS, donde los
haya, y la creación de nuevos sindicatos, donde no existan. DEBEMOS ORGANIZARNOS BAJO UN SINDICALISMO
CLASISTA, COMBATIVO, DEMOCRÁTICO Y DE BASE, que no caiga en el sectarismo
ni el colaboracionismo. Sólo así podremos revertir las cínicamente llamadas
“reformas estructurales”, como la reforma laboral, la educativa, la energética
y en general el criminal “Pacto por México”.
¡¡Por la defensa y profundización de los derechos de los trabajadores!!
¡¡Abajo la reforma laboral, la reforma educativa, la reforma energética
y el “Pacto por México”!!
¡¡Por la unión y organización de todos los trabajadores!!
¡¡Por un sindicalismo CLASISTA, COMBATIVO, DEMOCRÁTICO Y DE BASE!!